Mirando hacia atrás boy contando las huellas que dejé,

De un ayer encadenado y un hoy perdido,

Un futuro en el silencio prisionero de la indiferencia la parca y el poder,

Quedan aun en mi cuerpo y la piel rezagada las cicatrices profundas de una vida muerta,

Esa misma vida enmascarada,

Navegaba en la nada,

Dirigida por la miseria, la euforia y el placer.

Recuerdo aun el miedo de mi ignorancia por batirse puño a puño con la vida,

Recuerdo con dulce agonía aquellos infantiles años adolescentes;

Inseguridad era la estrella solitaria de mi seguridad.

Rebelde era la voz que se iba perdiendo como el suave eco matutino de la vida,

¡Es que ellos!

Es que ellos olvidaron los amaneceres y atardeceres que corrieron por sus vidas,

Olvidaron que antes de echar raíces fueron semillas,

Olvidaron que esos frutos de hoy, fueron flores ayer.

¡Ya de pie! Anudaron en la tumba de sus recuerdos, las ganas de conquistar al mundo,

Y de sentirse vencedor como mortíferos prisioneros,

Ah, es su adolescente inconciente,

Al aprendiz de la vida, decían

Ellos, quisieron que sus vidas robaran el último aliento del postrado,

Entonces amarraron con ira el sueño frustrado de su etapa rebelde,

Olvidaron que la alegría los sigue

Y encendieron la llama del dolor, ¡que arde! En un rincón de su frágil memoria de humano

Olvidaron que cada día es una aventura,

Que la vida es soñar;

Pero en ciertos momentos llorar

¡Por qué se aferraron a marchar sin rumbo!

Teniendo en las manos el mapa testigo cruel de su destrucción

¿Y el final? ¿El final?

¡No existe! Porque solo encontraron una nada

Justificada por los errores del hombre

Y su supuesta valentía,

Cada uno ¡sólo!

Paso al escenario

No como actor,

Sino como una simple marioneta de los azares del destino

No intentaron siquiera cambiar su condición

Y hoy rebeldes nos llaman.

¡Que tontería!